Actualizaste tu Tinder?

La importancia de segmentar

Hace unos días uno de mis mejores amigos se mudó a Barcelona a comenzar de nuevo a sus 43 años. La pandemia ya le había enseñado que su trabajo podía hacerlo desde cualquier parte del mundo donde pudiera llevar su computadora. Así que escogió por airbnb el lugar donde quería vivir, convenció a una de sus amigas a compartir gastos siendo roommates y lo más importante de todo: se inscribió en ese curso que siempre miraba bajo la lupa del “algún día” para convertirse en el más aplicado, chancón y participativo de los estudiantes. Y si bien todas estas selecciones parecerían llevarlo a ese cambio de vida que él estaba buscando, había algo que aun no había ecualizado según su nuevo propósito de vida: Su tinder.

Seguían apareciéndole esos lindos gatitos de 22 años que estaban bien para una noche de copas una noche loca pero sólo que esta vez eran de otra nacionalidad. Un primero de enero, día de poner en práctica todo lo que pides luego de comer las 12 uvas y lucir el calzón o calzoncillo amarillo, mi amigo decidió hacer un cambio radical: mientras revisaba lo que le deparaba para ese día el tinder, se preguntó: Es esto realmente lo que busco?

Así que cambió el perfil de su búsqueda y oh sorpresa apareció un lindo gatito de pelaje gris y 52 años muy bien llevados. Al día siguiente de su cita me llamó aun entusiasmado. Era la primera vez que escogía distinto y que se sentía tan bien.

Fue la mejor cita de su vida. Esta historia de romance versión tinder me hizo pensar en dos preguntas que se pueden aplicar tanto a la vida personal como a la profesional, en el amor y en los negocios:

1. Estamos buscando donde deberíamos?

2. Estamos escogiendo lo que queremos y a quienes queremos o se lo estamos dejando al algoritmo de la vida?

Me atrevo a responder que la mayor parte del tiempo somos mas pasivos que proactivos con nuestras búsquedas. Somos más esotéricos que técnicos en nuestras elecciones y claramente totalmente empíricos y poco sofisticados al momento de realmente prototipar lo que deseamos rodee nuestras vidas.

Parecería que no hemos entendido que segmentar es probablemente una de las palabras más importantes en amistades, pareja, clientes, proveedores, colaboradores porque te permite escoger desde criterios específicos y no dejárselo a la casualidad. Segmentar es escoger con madurez profesional y sin duda emocional. Una de las decisiones más importantes en el modelo de negocio de mi compañía fue entender quiénes serían mis clientes, a quienes podía interesarles mi oferta de valor, quienes compartirían mi propósito, quienes serían relaciones de largo plazo. En otras palabras segmenté y no sucumbí a la tentación de entrar al mar del emprendimiento apuntándole a todo o tirando red a ver que caía.

El gran problema con eso es que estás alimentando tus ansias pero no tu empresa. Por eso hay que entender que segmentar es sacrificar, por que sí, la estrategia es sacrificio. Eso me permitió diseñar mi agencia atrayendo al talento que genuinamente hiciera fit con nuestro tipo de compañía. Desde el día uno Boost convocó a aquellos que creen que las marcas con propósito impactan positivamente en la sociedad y que el tamaño de la empresa no importa pero sí el de sus sueños.

Hoy varias lunas después siento que estamos en el camino correcto, recordando a mi amigo de Barcelona, creo que hice buen uso de mi “tinder empresarial”. No sólo he tenido citas fantásticas sino y sobre todo relaciones a largo plazo. En este año que comienza ecualiza tu búsqueda personal y profesional porque nadie mejor que tú para lograr que ese algoritmo te diga con real pertinencia “Its a match”.

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