Cuando las mujeres no lloran sino facturan

Como imagino te has dado cuenta, la brillante frase de la mundialmente famosa canción de Shakira, no es negar la importancia de abrazar la vulnerabilidad ni que llorar está mal, el pensamiento que encierra esta frase no es literal y mal haríamos en sindicar de que se trata de una postura binaria entre llorar o facturar.

Muy por el contrario la frase es una invitación a capitalizar el dolor y sacar fortaleza de él, a no ser víctimas sino protagonistas de nuestras historias. Y quizás por eso, aunque muchos y muchas se arañen, esta canción se ha vuelto un himno no de la mujer despechada, insisto esa es una lectura pobre y básica, sino de la mujer empoderada que llora, sufre, pero se seca las lágrimas y no se queda en el muro de los lamentos porque tiene que seguir adelante, trabajando, luchando, conquistando, facturando.

Shakira con su canción nos demuestra que la narrativa importa cuando se trata de expresar ideas, dolores, problemas, propuestas y lograr un verdadero efecto en tu interlocutor.

Pensaba en ello mientras escuchaba una conferencia muy interesante sobre equidad en el SXSW en Austin, uno de los festivales más importantes del mundo. La presentación comenzaba con una data tan cruda como real: En ningún país de la tierra las mujeres gozan de equidad. Duro leerlo y más duras las cifras que se presentaban como que hay más hombres llamados John liderando empresas que el total de mujeres que lo hacen en Estados Unidos.

Pero hasta allí, con todo lo interesante que resultaba la data y trayendo de vuelta el ejemplo de Shakira, podríamos quedarnos en el lamento, en la indignación y frustración, como entonces pasamos a la vereda de la facturación dígase de la acción? La lámina siguiente me dio la respuesta: A la inequidad hay que dejar de verla como un problema social, sino como una enorme oportunidad económica.

En Estados Unidos demostrado está que se podría incrementar 3.1 T el PBI cerrando la brecha de inequidad de género. Por cada 10% de incremento en la equidad de género, hay un incremento de 2% en revenue. Sin duda cifras que trascienden del debate moral o social. 

En el Perú tenemos la oportunidad de cambiar la narrativa y no luchar por la equidad por criterios de justicia, sino como un instrumento fundamental para la  eliminación de pobreza. No será muy romántico mi planteamiento pero creo que allí está la oportunidad para generar un verdadero impacto ante cifras que nos colocan como uno de los países  con menor participación de mujeres en puestos de liderazgo tanto en el sector público como privado.

Mi propuesta entonces es clara, usemos la data no para tener conversaciones emocionales, sino económicas y empresariales. No necesitamos más indignación porque de eso ya hemos tenido bastante y poco ha cambiado, sino un real interés por el sustancial impacto económico que genera la equidad en las empresas y países. Porque si la mujer factura, el Perú factura.

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