Ese piloto automático

Toda mi vida me he referido al modo piloto automático con rechazo. Lo atribuía a la dejadez, el conformismo, la inercia, la inacción. Pero tengo que confesar que estas últimas dos semanas lo vi desde un ángulo distinto cuando tuve que activarlo, te explico. Mi papá murió un miércoles de un momento a otro, dejándome un video de tiktok por WhatsApp como despedida pero no de la vida sino de buenas noches.

Aun recuerdo que lo vi con el rabillo del ojo (sin abrir el video) pensando que era algún baile gracioso que a mi no me iba a dar risa o de esos chistes que mi papá amaba y yo detestaba. Ya rumbo al velorio abrí el WhatsApp y descargué los dichosos videos (eran varios) asumiendo que eran puro spam. Resulta que eran videos de marketing, mi papá se había tomado el trabajo de mandarme tiktoks de gente que habla de marketing de una manera creativa. Si de algo tengo que arrepentirme sobre mi relación con mi papá que siempre fue la de dos cómplices, es de no haber abierto estos tiktoks y agradecerle por siempre pensar en mi.

Pero si esa semana fue dura aun no habían terminado las malas sorpresas. Alguien muy cercano a mi me contaba dos días después de la muerte de mi papá,que no había salido bien un chequeo de rigor y debía operarse la siguiente semana.  Sentí como si Mike Tyson me diera el golpe fulminante para noquearme eso sentí. Quería tirarme a descansar un rato, bajar los brazos y que el referee contara hasta 10 y no levantarme así lo escuchara. Pero no podía. Tenía una familia que sacar adelante, la de mi casa y la de mi querido Boost así que tocaba seguir levantando las dos manos e inspirar fuerza a quienes me rodeaban.

Entonces lo vi, ese botón que no había presionado con regularidad, ese que me invitaba a avanzar con ayuda sin hacerme la autosuficiente. Mi botón de piloto automático. En estas semanas descubrí que ese botón pueden ser muchas cosas: tu equipo que te pide la pelota y te deja descansar un ratito en la banca, ese ser maravilloso que te ayuda en la casa y te prepara tu plato favorito para sentirte abrazada. Tus mascotas que te llenan de besos húmedos y honestos. Tu familia y amigos que te llenan de stickers para levantarte el ánimo  todos los días, hasta diría tu recorrido, tus clientes que te tratan como compañera y no como proveedora. Hasta te diría que tu propio recorrido es tu piloto automático, ese que te da la confianza de poder dejar de pisar el acelerador un rato porque lo avanzado te da suficiente colchón. Hoy es la primera vez que puedo escribir algo más largo que un post o tweet. Esa persona que amo tanto está fuera de peligro y puedo volver a la pista.

Voy a desactivar el piloto automático pero lo voy a tener muy en cuenta de ahora en adelante. No pienso volver a desmerecerlo sino incorporarlo como parte importante de mi camino.

Share This