Hartos huevos

Sobre como diversificar tus opciones para ser feliz

Hace poco tiempo por el día de la felicidad me pidieron que dé una descripción sobre lo que esta palabra significaba para mi. Recuerdo que escribí que para mi la felicidad es como una bolsa de caramelos que compras no con plata sino con 3 monedas: Auto conocimiento (descubrirte y perdonarte), libertad (dejar ir) y capacidad de compartir (disfrutar con alguien y no pasar tus días como un hongo debajo del refrigerador). Pero así como un delicioso caramelo se acaba, tus 3 monedas te hacen consciente de que siempre puede venir otro nuevo sabor que quizás te gustará más que ese sabor fresa que pensabas era tu favorito.

Pensándolo bien y quizás con la influencia de las pascuas profundizaba sobre el concepto de los huevos (no creas que ando huevin, tengo un punto), esos de chocolate que te escondían de niño y morías por encontrar. No importaba en realidad el tamaño, pero lo que si no podías perdonar es que no fueran muchos para buscarlos por toda tu casa, devorártelos luego y encontrar la sorpresa. De hecho si venía tu tía la ficha con ese huevo enorme y fino, como que no te entusiasmaba tanto porque lo que te motivaba era la cantidad de opciones que podías tener con varios huevos chiquitos así de sorpresa te toque una figurita.

En la vida y conforme vamos creciendo muchas veces nos olvidamos de la emoción de tener distintos huevos y nos aferramos solo a uno, lo abrazamos con todas nuestras fuerzas y depositamos en él toda expectativa de ser feliz e incluso realizarnos como personas. Ese huevo puede ser una pareja e incluso estar dispuesto a mantener una relación sólo por el hecho de no arriesgar un estado civil en el DNI que te permita sentirte exitoso. Puede ser también aferrarnos a un trabajo que creemos nos define como persona, al que le entregamos hasta nuestro tiempo libre estando pendientes del correo los fines de semana y nos cobija tanto que no nos sentimos cómodos de salir de su cáscarón porque no la tenemos clara. O quien sabe ese huevo pueden ser nuestros hijos y convertimos la paternidad en nuestra única etiqueta olvidando otros roles y volviéndonos mono temáticos.

El gran problema con todos los ejemplos anteriores, es que estás entregando toda tu energía y razón de ser feliz a un sólo huevo. En otras palabras estás apostando tu felicidad, esa palabra enorme y compleja a un solo ticket. Y si se acabo el amor, ya no vas mas en ese trabajo o tus hijos crecieron y tienen sus propias agendas, sientes el mayor de los vacíos. Hoy te propongo que te acuerdes de los huevos de chocolate de tu infancia y diversifiques tus fuentes de felicidad.

Y así como en los bancos te ofrecen distintos productos por tu dinero dependiendo del riesgo y el tiempo que estés dispuesto a invertir, en la vida tenemos que armar un portafolio de acciones en el que no dependas de una sola apuesta que pueda llevarte a sentirte la persona mas afortunada de los mortales o la mas miserable de las criaturas. Porque a diferencia de lo que siempre nos recomendaron, en el caso de la felicidad no debes poner los huevos en la misma canasta sino en varias que tengan potencial.

No te condenes a ser una persona mono temática en lo que a ser feliz se refiere y reconócete como esa persona de intereses y pasiones múltiples que tiene muchas formas de alimentar su felicidad porque si se cierra una puerta o un afecto, tendrás siempre más de una ventana abierta para llenarte de un nuevo y delicioso aire.

Share This