La vecindad del chavo

Léelo para que no te digan “no me simpatizas”

Soy una convencida de que uno de los pilares más importantes para construir tu marca es hacer un profundo desarrollo de su personalidad, porque eso determinará no sólo su voz, sino su comportamiento a lo largo del tiempo y en cualquier tipo de situaciones. Lamentablemente muchas marcas carecen de una personalidad definida y por ello no logran conectar jamás con su audiencia.

Otras puede ser que logren clientes pero no relaciones, así que ante la primera oportunidad de una mejor oferta de la competencia, son fácilmente reemplazadas. Una de las herramientas más usadas para determinar esta personalidad son los arquetipos de Jung. Esta teoría define 12 arquetipos de comportamiento, que marcan un patrón universal de conducta, reflejando una personalidad concreta.

Y si bien puede ayudar muchísimo partir de identificar tu marca con un arquetipo, es el hilo de la madeja. Necesitas ser capaz de preguntarte más cosas alrededor de tu marca como en qué cree, qué le gusta, quiénes serían sus mejores amigos, de quién es fan. eso te permitirá que tu marca sea coherente en cualquier plataforma de comunicación, desde un post hasta un spot en la tele. Te permitirá tener una voz cuanto toca y no exponerla a ser oportunista.

Pero sobre todo te dará la oportunidad de tener cara, alma y hasta cuerpo frente a tu audiencia y así construir una relación a largo plazo. Así que para que rompas el hielo y te cuestiones cuán construida está la personalidad de la marca de tu empresa o por qué no, tu marca personal, voy a usar mis propios arquetipos con el perdón del profesor Jung: Los de la vecindad del chavo.

El señor barriga. No hay nada más antipático que tener una marca que sólo te esté gritando “págueme la renta“. Traducido a la actividad publicitaria hay marcas que sólo generan contenido alrededor de la venta de sus productos, olvidándose de lo importante que es sostener una conversación con la audiencia.

Todo bien con desplegar acciones de “performance” para generar leads y sin duda ventas, pero sin un maridaje correcto de contenido, pronostico que muchas se quedarán con la manito (o el post) extendido y sin ningún resultado. La popis. Hay marcas que son fans del calzón con bobos. El resultado? Contenido tímido, sin propuesta ni postura clara y por ende poco vinculante, soso y con alto riesgo a pasar desapercibido. No son capaces de atrapar la coyuntura y expresar un punto de vista frente a nada porque todo les da miedo y si es que se deciden, ya pasó el tren Quico. Estas marcas confunden autoconfianza con egocentrismo y se la pasan generando contenido alrededor de sus proezas y atributos. Espectacular cacarear nuestros huevos pero invitando a hacer una rica tortilla al resto.

Dicho de otra forma, generando inspiración, educación, co creación y no quedarnos en modo Quico y su pelota. Patty. Sí Patty existe sólo que aparece tan pocas veces que casi no nos acordamos de ella a pesar de tener gran potencial, sino pregúntale al Chavo. Hay marcas que no comprenden la importancia de la frecuencia en su contenido y que una cara o logo bonito no es suficiente para ser relevante para su audiencia, sino sustancia y mensajes claros.

Don Ramón. No hay que negar que Monchito cae bien, pero no le prestarías ni un sol. La prolijidad en fondo y forma es crucial para que una marca te genere confianza, de lo contrario te reirás de ella (por sus memes) pero no con ella y eso no construye vínculo. El Profesor Jirafales. Claro que tienes que afanar, cortejar, enamorar a tu audiencia pero si no evolucionas en tu contenido, si eres predecible no pasarás de las tacitas de café.

El Chavo. Recursero sí pero actitud de misio no. Transparencia sí, pero desatino no. No hay que confundir los conceptos porque eso hará que te quedes solo en tu barril al compás de pipipi. Reflexiona y trabaja en la personalidad de tu marca y no seas como Jaimito que quiere evitar la fatiga.

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