Amor a la mexicana

Marketing mix con sabor a mezcal

Lo seguía sus redes. Tengo que confesar que lo que me producía no era un simple like cumplidor, me sacaba corazones y ojo que no soy chica fácil ;).  Me parecía sexy, divertido, inteligente y con un extraordinario gusto musical. Así que me mandé con todo y le escribí por inbox, temiendo lo peor: Que me deje en visto. Grande fue mi emoción cuando me respondió al instante. Yo le había pedido visitarlo ese sábado (así es, nada de días cumplidores para la primera cita) y su respuesta fue “Listo, a qué hora y cuántas personas son”.

Finalmente tendría una cita en María Mezcal, ese lugar que se ha vuelto leyenda en Lima por las impresionantes colas de ávidos clientes que mueren por vivir la experiencia. Debo decir que la cita me dejó con ganas de más. Había saciado mi apetito de cliente pero el hambre de marketera por aprender se despertó con voracidad. Así que volví a escribir por inbox al misterioso community manager pidiendo una cita pero esta vez con su creador. A los minutos Jorge Chung creador de María Mezcal me respondió, aceptó un café esa misma semana y hoy quiero compartir contigo todo lo que aprendí de este caso de impecable aplicación del marketing mix. 

Producto: Coherencia es la palabra que mejor describe a María Mezcal, porque absolutamente todo, desde el nombre, la identidad visual, la propuesta de la carta, la música, la selección del personal, el tamaño y distribución del local, hacen que la marca no sólo tenga vida sino una personalidad muy definida. Desde ese viaje a Beijing donde se inspiró para hacer una mezcalería, Jorge tenía muy claro que la estrategia es sacrificio. Escoger en tu carta la cerveza que no sea de la compañía más grande pero sí la que te haga sentir en México. No poner la música de moda y sí la que esté milimétricamente pensada por horarios, días, momentos de consumo, características psicográficas de tu audiencia. 

Plaza: María Mezcal demuestra dos conceptos importantes. El valor de la escasez  y el romper paradigmas. Voy con el primero. Nunca voy a olvidar a aquella pizzería chiquita que te pedía para poder ingresar que digas la verdura del día y así poder conseguir mesa. Pero cuando el éxito se hizo inminente se mudaron a un local gigante y esa sensación de escasez pienso que fue parte de perder el encanto. María Mezcal me hizo recordar a esos tiempos exitosos de esa pizzería, a esa sensación de satisfacción de conseguir una reserva como si hubieras logrado mesa en Maido o Central. Jorge lo sabe bien y el diseño del tamaño y el que confluya todo en un solo ambiente no es casualidad, es estrategia. Pero como este empresario está un paso adelante voy con el siguiente punto y es romper los paradigmas. María Mezcal abrirá su segundo local a pocas cuadras del primero. La lógica es la que rompe el paradigma de irte a otro distrito para en principio lograr mejores resultados. Jorge siente orgullo de esas colas porque representan deseo, pero sabe que tampoco debe caer en frustración así que abrirá una nueva sede en un distrito que sabe que funciona y complementando la experiencia. 

Precio: María Mezcal tiene claro que su oferta de valor no radica en el 2×1, sino en la experiencia. Sabe también que su éxito en la audiencia femenina le aporta una cliente ordenada, planificada, puntual y que siempre viene con su mancha así que esa facturación viene con efecto multiplicador.

Promoción: Te podría contar muchas cosas de su extraordinario manejo de marca, pero no sería buena publicista sino te invito a que te tomes un mezcal, te cantes una de Christian Castro a viva voz y luego hablamos. 

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