El amigo Gareca

Los verdaderos amigos se cuentan con el dedo de una mano (los influencers, no)

Seguramente recuerdas esa frase que te dijo tu abuelita “conocidos puedes tener muchos, amigos de verdad muy pocos”. Y así tengas el síndrome Roberto Carlos con el millón de amigos o de Francis la amiga de todos (estoy seguro que mas de uno entenderá la referencia) no es fácil encontrar esa confianza, y complicidad que se sostenga a lo largo del tiempo.

En el mundo de las marcas pasa igual. Morimos por esa celebridad digital que tiene millones de seguidores, olvidando 2 pequeños grandes detalles: Sus seguidores quizás no son afines a tu marca y lo segundo y tan malo como eso es que al final si tu marca no guarda relación real, se convierte en un moscardón incómodo y pesado que sólo hace ruido. Pareciera que muchas marcas prefieren conformarse con una compañía ocasional o pagar por una falsa amistad, que apostar por relaciones verdaderas. La fama, popularidad, la fanaticada, no se transfiere por Yape o Plin, dicho de otra forma, no basta contratar a un famoso para que tu campaña o marca tenga fama, esa es la ley del mínimo esfuerzo y casi siempre muy cara.

Probablemente dichas marcas no han entendido los consejos de las abuelitas y no se hacen el trabajo de buscar, preservar, sostener a aquel amigo o amiga de marca cuya asociación y afinidad sea tal, que solo aplican aquellos contados con los dedos y que por cierto no forman parte del menú de una agencia de influencers.

Por eso me gusta tanto el caso de Scotiabank y Ricardo Gareca, porque creo que es sin duda un gran ejemplo del impacto exponencial de contar con un amigo de la marca de verdad, en serio. Y así como entre las personas una amistad verdadera se vuelve más sólida cuando compartes valores y la misma forma de ver las cosas, en el caso de los amigos de marca también.

Por eso SERIEDAD, palabra clave en el reposicionamiento de Scotia, funge de la mejor goma, o mejor dicho soldimix, para que Gareca encaje a la perfección, al ser para los peruanos uno de los mejores exponentes de hacer las cosas en serio. Y así como la vinculación a una celebridad no debe ser gratuita, el territorio de comunicación tampoco.

Scotia entendió cuál era ese atributo que los destacaba, que les permitiera sostener una conversación y comunicación absolutamente distinta al tono de la categoría financiera en general (que ya abusa del meme y las mascotas para caerle bien a los clientes) y que a su vez era absolutamente relevante para su audiencia e incluso el país para así lograr el efecto chócatela. Pero lo que termina de redondear la estrategia es sin duda que Gareca es un cliente real del banco, que nunca había aceptado hacer publicidad pero como él mismo lo dice: Y si estoy aquí es porque soy cliente hace 8 años, serio. Lo escribo y se me vuelve a poner la piel de gallina, como cada vez que veo el spot.

La amistad que genera una verdadera y buena influencia en la vida de las personas y las marcas es cosa seria.

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